Crepes de espinacas: receta fácil

Receta ↓ Ángela Solar

¡Transforma tus cenas con esta sencilla receta de crepes de espinacas! En solo unos minutos, podrás saborear un plato exquisito y lleno de nutrientes.

Las espinacas, ese superalimento de intenso verde, se convierten en el alma de estos crepes, aportando sabor y color a cada bocado. Y si quieres llevarlos al siguiente nivel, acompáñalos con una bechamel vegana suave y cremosa.

¿Eres un apasionado de los platos con verduras? Entonces, tienes que probar las lentejas estofadas con verduras, una receta que reconforta el espíritu y deleita el paladar.

Y para aquellos que buscan emociones fuertes en la cocina, os retamos a descubrir el intenso sabor del arroz negro con alioli, una explosión de gusto que os conquistará.

Los ingredientes clave

Para que tus crepes de espinacas sean la envidia de cualquier chef, aquí tienes los componentes mágicos que necesitarás:

• Huevos – Empezamos con lo básico, pero no por ello menos importante. Unos huevos de corral, fresquísimos, son el secreto para una masa con una textura inigualable.
• Leche – Sea cual sea tu elección, entera para los más tradicionales o una versión vegetal para los que buscan alternativas, la leche es el líquido que dará suavidad a tus crepes.
• Harina – ¿Eres de los que se atreven con todo? Entonces, la harina de trigo puede dejarse a un lado y dar paso a la harina de garbanzo, que además de ser apta para celíacos, aportará un toque distintivo a tu plato.
• Espinacas – Nada de bolsas prelavadas, escoge espinacas frescas y crujientes que estallen con sabor en cada mordisco.
• Queso rallado – Aquí es donde puedes dejar volar tu imaginación. Un queso emmental te dará ese punto cremoso y suave, pero si te gustan las emociones fuertes, atrévete con un queso azul que añadirá un contraste de sabor espectacular.

Envasado y conservación

¡Ya casi lo tienes! Una vez hayas cocinado tu deliciosa mermelada de cebolla caramelizada, es importante envasarla y conservarla correctamente para mantener su sabor y textura.

Yo siempre lo hago de la siguiente manera:

1. Suelto la mermelada en tarros de vidrio esterilizados, dejando un espacio de aproximadamente 1 cm en la parte superior.
2. Cierro los tarros herméticamente y los dejo enfriar a temperatura ambiente.
3. Una vez fríos, los guardo en un lugar fresco y seco, como mi despensa.

¡Así podré disfrutar de mi mermelada casera durante meses!

¡Ahora viene la parte más divertida! Una vez que tengas la masa lista, es hora de cocinar los crepes. Siempre disfruto viendo cómo se extiende por la sartén y se va dorando... ¡Es una delicia!

Para empezar, calienta una sartén a fuego medio-alto y añade un poco de aceite. Verter una porción de la masa (yo suelo usar un cazo pequeño para esto) y extenderla uniformemente por la sartén. Mi truco para lograr que queden finos y uniformes es mover la sartén en círculos mientras voy vertiendo la masa. De esta forma, la gravedad hará el resto y la masa se extenderá sola.

Cocina por ambos lados durante unos 2-3 minutos o hasta que estén dorados. Si quieres puedes tapar la sartén con un tapadera para acelerar el proceso de cocción. ¡Y listo! Tus espinacas rellenas estarán listas para disfrutar.

¡Llegó el momento de darle vida a tus crepes de espinacas con un relleno delicioso y una presentación atractiva! El queso rallado es el ingrediente estrella en esta parte, pero no te limites a eso. Añade otros ingredientes que te encanten, como champiñones salteados, cebolla caramelizada, o incluso un poco de jamón serrano para los amantes de la carne.

Una vez que hayas rellenado tus crepes con estos ingredientes, dobla o enrolla cada uno de ellos con cuidado para que no se salga el relleno. Si prefieres, puedes usar un poco de queso crema o una salsa ligera para pegar los bordes y mantenerlos juntos. ¡Y no te olvides de espolvorear un poco de queso rallado extra por encima antes de servir!

Estos crepes de espinacas son perfectos para una cena ligera, pero también puedes servirlos como entrante en una fiesta o evento especial. Y si te sobra relleno, no lo desperdicies: puedes utilizarlo como guarnición para otros platos o incluso preparar una tortilla con él al día siguiente.